Hoy 16 de octubre, día internacional de acción por la soberanía alimentaria de los pueblos y contra las multinacionales, saludamos la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del 4 de octubre de 2024, sobre el acuerdo de libre comercio entre la UE y Marruecos . Este veredicto establece una vez más los efectos perjudiciales del libre comercio de productos agrícolas y pesqueros, particularmente sobre la economía campesina y las personas que viven en las zonas rurales . Pero si la conclusión del TJUE nos parece satisfactoria, las medidas que la acompañan actualmente no están a la altura de los retos.
[Coordinación Europea Vía Campesina]Según el TJUE, este acuerdo entrado en vigor en 2019 violaba el consentimiento de todo un pueblo. El TJUE declaró que el pueblo del Sáhara Occidental, representado por el Frente Polisario, que fue quien presentó la demanda, nunca había aceptado firmar este acuerdo, al contrario de lo que afirmaron los firmantes europeos y marroquíes del acuerdo. Esto es aún más obvio si se tienen en cuenta las consecuencias cada vez más evidentes de una relación comercial desregulada con la UE, que ha conducido al desarrollo de un sistema agrícola industrial orientado a la exportación.
Es el caso, en particular, de la región de Dajla, donde centenares de hectáreas de tomates cultivados en invernaderos contaminan el suelo, vacían las capas freáticas y provocan la explotación de trabajadores precarios, al tiempo que contribuyen a convertir a la población local en una minoría demográfica, con el objetivo de que el Estado marroquí controle más eficazmente el territorio de la República Árabe Saharaui Democrática.
Muchas empresas europeas, como Azura, mantienen este sistema altamente lucrativo explotando a la población y los recursos de este territorio. A continuación, importan productos a Europa prácticamente a coste cero, inundando el mercado con precios que estrangulan a lxs horticultores europexs mientras siguen siendo muy atractivos para lxs consumidorxs, que los suelen elegir. Este acuerdo de libre comercio fomenta el acaparamiento de tierras y agua, así como la explotación de trabajadores precarios por empresas europeas que luego exportan a la UE. Esto perpetúa una lógica colonial y crea además una competencia desleal con los pequeños y medianos horticultores marroquíes.
De conformidad con la decisión del TJUE, solicitamos:
Esta relación depredadora con los territorios dominados no es exclusiva del Sáhara Occidental, sino sintomática de los acuerdos de libre comercio. Ellos refuerzan las relaciones de dependencia, alimentan la monopolización de los recursos naturales y socavan las perspectivas de soberanía alimentaria de las poblaciones rurales.
Esta decisión del TJUE debe sentar un precedente. Legitima una vez más la lucha por sacar a la agricultura de los acuerdos de libre comercio que ECVC y La Vía Campesina vienen liderando desde sus inicios. Los productos agrícolas no son mercancías y, cuando se consideran como tales, las consecuencias para las poblaciones campesinas y el medio ambiente son perjudiciales.
Por eso ECVC reafirma aquí una vez más su oposición a cualquier tratado de libre comercio que integre la agricultura en las reglas del mercado global. Las discusiones actuales sobre un posible acuerdo comercial entre la UE y MERCOSUR muestran que quienes lideran las negociaciones no entienden, o peor aún, ignoran conscientemente, el considerable daño que estos acuerdos comerciales causan a los países del Sur Global, a la agricultura europea y a todo el mundo rural. La oposición a estos acuerdos fue una de las principales reivindicaciones de las movilizaciones de lxs agricultores europexs a principios de año: lxs agricultores seguirán actuando para exigir un nuevo paradigma comercial.