El sector agrario necesita prudencia para hacer un diagnóstico de la situación detrás de los tractores y presentar una alternativa de futuro.
Los problemas y las preocupaciones son muchos, pero no nos podemos cegar con las exigencias particulares de cada agricultor-ganadero.
Hay dos opciones, seguir tirando de la agroindustria que empezó en la década de los 60 y acudir a la alimentación sintética, como quiere el capital, o abrir un nuevo camino y, de una vez por todas, tomar un rumbo hacia la soberanía alimentaria.
El problema es de todo el sector, estructural. La agricultura y la ganadería "tradicional" han sido rechazadas, y la agroindustria que se ha impulsado en los últimos años ha fracasado, no puede subsistir. Ya no puede ofrecer una alimentación barata y está teniendo un impacto negativo en el cambio climático.
Hace falta una alternativa concreta que responda a los problemas en general, que transforme radicalmente el modelo agrario. Y para eso hacen falta nuevas políticas públicas. Hay que apelar a los diferentes gobiernos y pedir medidas concretas para recorrer juntos un nuevo camino.
A medio plazo debería elaborarse un plan innovador 2024-2035. Una agricultura que cambie su modelo y se esfuerce por asegurar el relevo, que rejuvenezca el sector y le aporte un nuevo aliento, que ofrezca unas condiciones dignas a agricultores y ganaderos. Y ese plan incluiría también otras exigencias que se han hecho en las movilizaciones de estos últimos días, como los problemas comerciales, que los precios no estén por debajo de los costes, facilitar los trabajos burocráticos, regular el uso del suelo, actualizar las infraestructuras...
Es hora de salir de la rutina, estamos hablando de alimentación, de alimentar a la ciudadanía. Y de dejar la tierra en mejores condiciones a las generaciones posteriores.
Es un tópico, pero todos decimos que de situaciones de crisis salen nuevos caminos, pero hace falta valentía. Hacen falta políticas públicas transformadoras, recuperar la colaboración y la confianza, para lo que también hay que trabajar la transparencia y las alianzas.
La fuerza de abajo hacia arriba será imprescindible para conseguir todo lo que hemos dicho anteriormente, para ello hay que impulsar movilizaciones y mesas de alimentación que están creando varias asociaciones ya creadas, etc.
Para que lemas como De la Granja a la Mesa de la Unión Europea no queden en un mero eslogan, hay que reforzar las iniciativas locales y hacer un esfuerzo por crear una fuerza innovadora de abajo a arriba.