Amets Ladislao, representante de EHNE Bizkaia, propuso ayer un modelo agroalimentario basado en "la soberanía alimentaria por medio de la agroecología" en el debate organizado por IPES en Astra (Gernika) sobre "¿En Busturialdea vivimos / podemos vivir en equilibrio con la naturaleza?".

IPES organizó esta mesa redonda en el contexto del debate comarcal de Busturialdea. Buscaban con este acto "prestigiar y poner en el centro los campos, proyectos e iniciativas ya existentes, así como subrayar los modelos alternativos creados a partir de aquéllos".

Tomaron parte en el debate Amets Ladislao, miembro de EHNE Bizkaia y Etxalde; Gorka Barba, de BaSOS; y Ritxi Hernandez, del Habaitua Gune Ekosozialista. La presentación corrió a cargo de Leiore Moreno, miembro del movimiento juvenil.

En su intervención, Ladislao ofreció varios datos interesantes sobre las tierras para la producción de alimentos en Errigoiti. Así, destacó que los hábitos alimentarios están cambiando, ya que las preferencias de la población se centran en el alimento fresco, por lo que la proporción de alimentos susceptibles de ser producidos en él es alta en las tendencias de consumo actuales. Esto ofrece una excelente oportunidad para hacer frente a la caída de población que se prevé para los próximos años. La apuesta por el sector primario puede atraer a jóvenes agricultores y generar nuevos empleos, revirtiendo así el saldo migratorio negativo.

Además, el movimiento económico que produce la alimentación en Errigoiti se encuentra en mejores condiciones que su entorno inmediato (12,6% del PIB, 3% del empleo y 11,1% del tejido económico). Sin embargo, en los últimos años el sector primario ha vivido una situación relativamente inestable, con tendencia negativa en la mayoría de los casos (empleo, tejido económico...). Las posibilidades de Errigoi para transformarlo son amplias. Por ejemplo, el 98% de los terrenos aptos para la horticultura no se destina a este fin, al igual que el 90% de la zona apta para fruticultura. En el caso de los pastos, algo más de la mitad no se aprovechan.

Este objetivo es viable si se tiene en cuenta su patrimonio de suelo rural (1.616 hectáreas están declaradas "no urbanizables", el 97% del municipio). Sin embargo, el hecho de que la zona más extensa se haya destinado a la producción de madera y de que las tierras más fértiles hayan sido ocupadas por alojamientos, ha mermado la capacidad productiva de los alimentos, demostrando el riesgo de un futuro próximo.

Además, la idoneidad de las tierras para la horticultura es significativa (98,2 has. adecuadas o muy adecuadas, aunque 1,96 has. sólo empleadas en días). A pesar de la accidentada topografía, la idoneidad para la activación de esta actuación es sensiblemente superior a la actual. Por otro lado, aunque los alojamientos de Errigoiti están bastante dispersos, es significativo cómo los terrenos más aptos para la producción de hortalizas se ubican cerca de estas zonas. Esto permite implementar el paradigma "0Km".

Soberanía alimentaria

A partir de estos y otros muchos datos, Ladislao calificó de "posible y necesaria" una "transición ecosocial en el modelo de producción de alimentos" que tuviera como objetivo "la soberanía alimentaria por medio de la agroecología". La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos saludables y culturalmente apropiados, producidos mediante métodos ecológicamente respetuosos y sostenibles, y su derecho a definir sus sistemas alimentarios y agrícolas.

Para conseguir ese objetivo, "es necesario un proceso que ponga en marcha esa transición a partir de un gran consenso", un proceso que, además, ha de ser "ordenado". En la actualidad -señaló- la clave reside en "lo que se produce aquí y se consume aquí". Mientras tanto, "debemos ir creando referentes positivos en torno al modelo, trabajando también la formación".