La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha solicitado formalmente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico la ampliación del radio permitido entre los miembros de las comunidades energéticas de autoconsumo en el medio rural, pasando de los actuales 2 km hasta al menos 20 km.

A través de una carta dirigida a la vicepresidenta Tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Sara Aagesen, COAG denuncia que la restricción actual “no contribuye a la democratización del sector eléctrico ni favorece la cohesión territorial, especialmente en las zonas rurales donde la dispersión poblacional y las dificultades técnicas son mayores”.
En este sentido, Jaume Bernis, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG, ha subrayado que “limitar las comunidades energéticas a un radio de solo 2 km condena al fracaso la implantación real del autoconsumo en los pueblos. En cambio, permitir distancias de hasta 20 km, como ya ocurre en países como Francia, sí sería un impulso real para que agricultores y ganaderos puedan generar y compartir su propia energía renovable".
COAG considera fundamental la agrupación de pequeños y medianos agricultores en torno a pequeñas instalaciones de generación de renovables, con el objetivo de generar un complemento de la renta agraria. En el mismo caso se encuentran ganaderos, que mejoran la gestión de las deyecciones y que son capaces de generar energía de autoconsumo para las propias granjas y también para las poblaciones rurales cercanas, permitiendo un ahorro importante en la factura eléctrica. “No estamos pidiendo privilegios, sino que se adapten las reglas al contexto rural. Si de verdad queremos una transición justa, el campo no puede quedarse fuera”, ha añadido Bernis.
COAG recuerda que el desarrollo de las energías renovables no sólo ayuda a reducir emisiones, sino que permite a pequeñas y medianas explotaciones agrarias generar ahorro energético y nuevas fuentes de ingresos, al tiempo que refuerzan su compromiso con la sostenibilidad. “Solicitamos a la ministra que escuche las necesidades reales del campo y amplíe el límite geográfico para que nuestras comunidades rurales también puedan ser protagonistas de la transformación energética”, ha apostillado el portavoz de COAG.
Alcarràs: un ejemplo de cómo la normativa frena proyectos sostenibles
Un caso paradigmático es el de Alcarràs (Lleida), una zona con alta concentración de explotaciones ganaderas donde 150 granjas familiares de cerdos y terneros han apostado por transformar las deyecciones ganaderas en biogás para autoconsumo y suministro a las poblaciones cercanas. Sin embargo, la restricción real de 2 km entre los miembros de la comunidad energética imposibilita que gran parte de estas instalaciones (147), dispersas en un entorno rural amplio, puedan colaborar entre sí y compartir la energía generada. Sólo 3 pueden hacerlo.
Jaume Bernis también destaca: “En Alcarrás tenemos ganaderos que ya cuentan con tecnología para convertir residuos en energía limpia, pero se ven atados por una normativa pensada para áreas urbanas. La limitación a 2 km hace inviable unir varias granjas y pequeños núcleos rurales en una misma comunidad energética, cortando de raíz un modelo circular y sostenible que no solo genera energía, sino que soluciona problemas ambientales ligados a la gestión de purines".
Para COAG, flexibilizar la normativa en entornos como Alcarràs permitiría consolidar proyectos que integran producción agraria, gestión de residuos y transición energética, beneficiando tanto al sector como al conjunto de la sociedad.