En 2021 empezamos a escuchar los primeros ecos del proyecto Guggenheim Urdaibai... El entonces diputado general, Unai Rementeria, nos dijo que se iba a hacer sí o sí. Para reforzar sus indicaciones, dejó 40 millones de euros "blindados" para cuando se construyeran los museos. ¡Ahí está! Se encuentran en el almacén de Azpiegitura, S.L., en reposo. Ha pasado el tiempo desde entonces, y Elixabete Etxanobe también ha llegado a la Diputación. Allí encontró sobre la mesa el proyecto Guggenheim Urdaibai. Perdón... Idea, idea, idea... ¡Eider, recuerda que es sólo una idea!
* Eider Gotxi es portavoz de la plataforma Guggenheim Urdaibai Stop.
En estos cuatro años hemos pedido el proyecto, hemos pedido explicaciones, hemos pedido responsabilidades, hemos pedido reuniones, hemos pedido ayuda (aquí y allá) y hemos pedido un proceso participativo, sí... así es, ante las actitudes impositivas mostradas, hemos pedido que se amplíen, se pongan en marcha los procesos necesarios para garantizar los derechos de la ciudadanía, que se respete el Convenio de Aarhus. Salimos a la calle, dos veces. Hemos llenado las calles de Gernika. Dos veces. Hemos pedido que nos escuchen, que escuchen al pueblo. Ese fue nuestro lema en la manifestación de octubre: Aquí esta el pueblo ¡Escuchadle!
Mientras, las administraciones, sordomudas, escondidas detrás de la falta de proyecto. Por otro lado, han sacado mucho jugo a los medios de comunicación que son de todos: alabando los "supuestos" beneficios del proyecto (perdón de nuevo: ideas...). Campaña a favor del "artefacto" (así no meteré la pata). Con firmeza, con seriedad, a menudo con mentiras y, otras veces, con medias verdades: "De la mano de este proyecto vendrá la descontaminación de tierras y acuíferos, la salida del Astillero del corazón de la Reserva de la Biosfera...". ¡Qué chasco! ¡La Fundación Guggenheim invertirá una fortuna en Busturialdea! ¡Bienaventurados nosotros! ¡Uno, dos, tres... despierten! La realidad es la contraria. La Fundación utilizará nuestro dinero para difundirlo. Estas palabras también forman parte de la campaña. La única forma de que la ciudadanía acepte el proyecto. Ómnibus. Tragártelo todo o miseria. Estrategia.
La plataforma ha trabajado mucho para que todo esto aflore, para denunciarlo. Para informar a la población, movilizarla... ¡pues mira! Tarde, muy tarde, pero aquí estamos ante el proceso de escucha que se pondrá en marcha de inmediato.
Pero, ¡cuidado! Este proceso de escucha llega tarde, sin ninguna garantía y con grandes contradicciones.
- Tarde: Porque hay muchas decisiones tomadas en torno a ese proyecto: las ubicaciones de los museos, el nombre de la franquicia que los explotará, así como las leyes y normas que se cambiarán para hacerlos viables. Convenio más que firmado.
- Falta de garantías: Nos han dicho claramente que, mientras dure este proceso, continuarán los trabajos para conseguir su viabilidad. Al estilo de las autoridades invasoras que están de moda en el mundo: empezar conversaciones en el camino de la paz, pero tirar unas bombitas mientras tanto para seguir robando tierras. ¡Pues no parece justo! Si hubiera voluntad real, estas acciones deberían detenerse. Estrategia. Y lo que es clave en cualquier proceso: ¿Para qué? ¿Con qué objetivo se realiza este proceso? Si hubiera voluntad real, para tener en cuenta y respetar la opinión de la ciudadanía. Para hacer caso a lo dicho. Sin voluntad pero con estrategia, para neutralizar a la parte crítica de la sociedad que se opone. Para recuperar la calle que tienen perdida. Para eliminar las señales de la imposición. Estrategia. "Pedisteis ser escuchados y os hemos escuchado. Nunca nos hemos comprometido a más". ¡Chin pun! Dicen claramente que el resultado del proceso no será vinculante. ¡Así que nada de garantías! ¡Ninguna!
- ¡Y contradicciones... tantas!
Por un lado, el relativo a la neutralidad. Porque ¿contratar al Agirre Lehendakaria Center, creado por el PNV, y decir que el proceso será neutral? Lo siento, pero eso ya lo veremos. Por otro lado, el objetivo del proceso: el 14 de febrero, en la presentación del proceso, Bengoetxea y Etxanobe nos dijeron que el Gobierno Vasco y la Diputación de Bizkaia impulsarían un proceso de escucha sobre el proyecto Guggenheim en la comarca de Busturialdea-Urdaibai, mientras que los representantes del Agirre Lehendakaria Center dijeron que llevarían a cabo un proceso de escucha sobre el futuro de Busturialdea-Urdaibai. Un encargo y dos mensajes. ¿Cuál será, el primero o el segundo? ¿O las dos cosas a la vez? Yo quiero hablar del "artefacto" y del negro futuro que traería a la región. ¿Entonces qué?
No se olvide que en febrero la comarca fue declarada Zona de Actuación Prioritaria (A.A.P.) para decidir el futuro prometedor de Busturialdea. En diciembre se pone en marcha el plan socioeconómico estratégico y hoy está en fase 2 o 3. Nosotros también participamos en la sesión de diciembre. Entonces, "en este foro Guggenheim-Urdaibais no". Que aquello no era un foro para eso, que el GU tendría su propio foro. Así me lo dijeron, y no en buen tono, además. Un plan socioeconómico puesto en marcha dejando fuera la opinión de la ciudadanía, que no es más que un planito paralelo al plan principal para justificar la fortuna que van a invertir en el proyecto Guggenheim Urdaibai. Excusa. Aportar 100 millones de euros y poner a los participantes a buscar seis proyectos tractores para invertirlos. Mantener entretenida la comarca. Mientras tanto, tracatrán-tracatrán, el "artefacto" avanza. Estrategia.
Y en esta ocasión, entonces, ¿qué? ¿En esta escucha no se tratará sólo sobre la necesidad del "artefacto"? ¿O "artefacto" sí, pero entre otras cosas? Pues no se va a querer confundir todo ahora y dejar diluido el Guggenheim entre otras necesidades reales y preocupaciones importantes, ¿no? Estrategia.
¡Atención también a la muestra! 1.000 personas son muchas si nos limitamos a Busturialdea, pero es una minucia si se extiende a la CAV. EiTB y otros medios de comunicación han hecho público enseguida un email para que quien quiera opinar se apunte. ¿Se pondrá el límite indicado? Busturialdea. Estrategia.
La situación es compleja. Hay que tomarlo con prudencia. Juguemos, pero con mucha seriedad y cuidado. Sin olvidar quiénes son los contratantes de este proceso, sabiendo que tienen un objetivo. Recordando que el Lehendakari Agirre Center ha recibido un encargo, un encargo bajo contrato. Y teniendo claro que el proceso no será vinculante y que los cambios normativos continuarán mientras dure el proceso.
Ya se verá... todo está por ver. El tren está en marcha, y nosotros vamos dentro. Veremos si llegamos a la meta o tenemos que bajarnos antes. No sería una buena noticia.
Atención, estaremos muy atentos en todos los pasos que se den. Y claro, si hubiera instrumentación, nosotros daríamos por finalizada la participación.
¡No parece fácil, no! ¡Pero vamos, Busturialdea! ¡Demos nuestra opinión! Que escuchen alto una vez más cuál es el deseo mayoritario de la sociedad y que, esta vez, lo documenten. Para no olvidar.
¡Urdaibai no está en venta! ¡Ni negociado el precio!