25 de Noviembre. Día Internacional por la eliminación de la violencia contra las mujeres

El contexto actual de múltiples crisis, exacerbadas por ocupaciones brutales, guerras y conflictos, que causan pobreza, hambre, migraciones, muertes y feminicidios en todo el mundo, y especialmente, Palestina, Líbano, Sudán, Yemen, Haití, Níger, Perú, Ecuador y Mali, exige urgentemente que coloquemos la justicia de género y social en el centro de nuestra agenda política. Necesitamos deliberación y acción, tanto a nivel global, regional y local; al interior de nuestros movimientos, pero también en las comunidades, sociedades y países.

Kartela Gazt - EMAKUMEEN AURKAKO INDARKERIA DESAGERRARAZTEKO NAZIOARTEKO EGUNA

La violencia estructural que vivimos las mujeres dentro del sistema capitalista se agudiza hoy por conservadurismos, pérdida de derechos, prácticas patriarcales e imperialistas. Es por eso que demandamos una urgente voluntad y acción política de los Estados, de la justicia, además, esfuerzos conjuntos con una variedad de actores sociales y medios financieros sustanciales que promuevan derechos y e inversión en políticas públicas a favor de las mujeres, la niñez y las diversidades, que acabe con la impunidad y que garantice una vida digna sin violencias.

Las mujeres campesinas, indígenas, sin tierra, pastoras, pescadoras, nómadas, recolectoras y trabajadoras agrícolas tenemos un rol fundamental en la Soberanía Alimentaria y seguridad alimentaria, en la economía de nuestros países y en la erradicación de la pobreza en el campo. Somos responsables de más de la mitad de la producción de alimentos a nivel mundial, y aportamos en la creación de resiliencia climática, la conservación de la biodiversidad y en el cuidado de las familias, comunidades y de la madre tierra. Sin embargo, seguimos viviendo la violencia estructural del patriarcado, capitalismo y el imperialismo en nuestros cuerpos y territorios.

En el mundo, las mujeres, y en especial las mujeres campesinas vivimos hambre, desnutrición, pobreza, despojos y otras violencias, como violencia política, al no participar de la toma de decisiones e instancias de poder, y de la violencia patrimonial, al no poder acceder al derecho a la tierra en la que trabajamos. Menos de 1 de cada 5 propietarios de tierras en el mundo son mujeres, según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación ( UNCCD)

Además, tal como lo advierte Marcos Orellana, relator especial de la ONU sobre sustancias tóxicas y derechos humanos, las mujeres y las niñas campesinas somos las más vulnerables a los efectos de las sustancias tóxicas procedentes del agronegocio, la producción extractiva y la agricultura, y estos efectos pueden durar generaciones.

Es por eso, que en el marco del #25Nov24 afirmamos como La Vía Campesina nuestro compromiso con nuestra Campaña Mundial “Basta de violencia contra las mujeres” y denunciamos la responsabilidad del agronegocio de las violencias que vivimos en el campo, de la crisis ambiental, social y alimentaria, y exigimos un cambio de modelo agroalimentario, basado en la Soberanía Alimentaria y la agroecología campesina en el que las mujeres tienen un papel protagónico enfriando el planeta y alimentando a la humanidad con alimentos saludables.

Afirmamos que combatir las violencias, el cambio climático y el hambre en el campo, tiene que ver con hacer reformas agrarias populares y comenzar a construir otro modelo de producción de alimentos en el mundo. Queremos cambiar radicalmente la economía para poner en el centro la reproducción de la vida, por eso llamamos al cumplimiento de la Declaración de la ONU sobre Derechos Campesinos, UNDROP, en especial el artículo 4. Sobre no discriminación hacia las mujeres.

Este #25N llamamos a nuestras organizaciones regionales y locales, aliadxs, movimientos y colectivos sociales, a movilizarnos juntxs para poner fin a la violencia contra las mujeres, las niñas y las diversidades en los campos y en las ciudades. ¡Nos unimos en solidaridad con todas las mujeres que luchan y resisten al capitalismo, al extractivismo y a las guerras!

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