Tras las protestas generalizadas de agricultores a principios de año y las innumerables crisis agrícolas (precios, enfermedades animales, desastres climáticos, etc.), los campesinos y campesinas de La Vía Campesina Europa (ECVC), así como las organizaciones de la sociedad civil de toda Europa, se movilizarán en Bruselas durante la semana del 11 de noviembre para mostrar su oposición ante los desesperados intentos de la Comisión Europea de aprobar el acuerdo UE-Mercosur.
Si se firma, en el acuerdo se sustituye la agricultura y la ganadería en manos de pequeños y medianos agricultores/as y la agricultura familiar campesina por grandes industrias productoras agrícolas y ganaderas. Se provocará una competencia desleal, dumping y el hundimiento de precios para los agricultores europeos, al tiempo que provocará enormes problemas sociales y medioambientales en los cuatro países del Mercosur, en total contradicción con los objetivos del Pacto Verde y las promesas hechas en el Diálogo Estratégico sobre Agricultura
Andoni García Arriola, miembro de EHNE Bizkaia y del Comité Coordinador de ECVC, declaró: "La UE quiere crear un fondo para compensar a los agricultores europeos por los daños causados por el acuerdo UE-Mercosur, ¡pero nunca se debería permitir que estos daños ocurran en primer lugar! Y la forma más sencilla es no firmar el acuerdo. La gran mayoría de los agricultores europeos se opone a la competencia entre agricultores de todo el mundo, que destruye la agricultura más social, más sostenible, que perjudica a las rentas de los agricultores, al medio ambiente y, más ampliamente, a las poblaciones rurales de los países firmantes. Nos disponemos a movilizarnos para impedir este desastroso acuerdo".
En lugar de impulsar esta incompatible narrativa del libre comercio, la ECVC exige que las instituciones de la Unión Europea garanticen precios y condiciones justos a agricultores/as y trabajadores/as agrícolas:
En realidad, los/as agricultores/as necesitan precios justos y condiciones que les permitan cultivar alimentos para alimentar a la población, no nuevos pagos compensatorios. Con este enfoque, la Comisión Europea no hace más que demostrar a todas las personas agricultoras que no tiene intención de cumplir las promesas hechas este año para abordar las preocupaciones de los agricultores; en su lugar, seguirá tratando a los agricultores como inconsecuentes o idiotas, impulsando una agenda neoliberal sin ninguna consideración por el número de agricultores que pagan el precio con sus medios de subsistencia o sus vidas.