Medio centenar de personas analizan en Derio las experiencias colectivas agroecológicas

Alrededor de sesenta personas han tomado parte en el Encuentro sobre ‘Análisis de nuevos modelos y experiencias organizativas agroecológicas’ que EHNE Bizkaia organizó durante todo el día de ayer en Derio (Bizkaia). En el evento participaron representantes de 21 asociaciones y organizaciones de Euskal Herria y de varios países europeos.

 

1. Presentación de proyectos locales

Encuentro sobre ‘Análisis de nuevos modelos y experiencias organizativas agroecológicas’ (18-20 de septiembre) - Nekazaritza agroekologikoan dauden antolaketa eredu berriei buruzko Topaketa (irailak 18-20)

En la primera parte del encuentro se presentaron 14 organizaciones que trabajan en los ámbitos de la agricultura ecológica, la convivencia de migrantes y las cooperativas de viviendas. Todos ellos son referentes positivos que demuestran la posibilidad de hacer transformaciones sociales y vivir dignamente de proyectos alineados con la agroecología y la soberanía alimentaria.

Así, los modelos organizativos de sus respectivos colectivos fueron explicados por representantes de Lurre Hurre, Lekuko Hartu, Allende Salazar, Maskilu, Uribe Butroeko Sarea, Boronabile, Arteako Negutegi Kolektiboa, Etartie, Bizkaigane Elkartea, Behieko, Tierra Papel y Tijera, Ankurkulu, Aleko y Tantai.

Entre el público asistente hubo también miembros de otros proyectos y lugares como Martin Etxea (Gallarta), Asturias, Gipuzkoa, Red de Apoyo Mutuo de Galdakao, EH Kolektiboa, Observatorio “Asune”, Gotzone (Leitza), Francia, Neus (Amaterra), Sieso de Jaca, Burgos...

2. Experiencias europeas
Encuentro sobre ‘Análisis de nuevos modelos y experiencias organizativas agroecológicas’ (18-20 de septiembre)- Nekazaritza agroekologikoan dauden antolaketa eredu berriei buruzko Topaketa (irailak 18-20)
De izquierda a derecha: Cesare Maglioni (Intérprete), Eline Muller (Suiza), Fergal Anderson (Irlanda), Eduard Hernández (Países Bajos), Unai Aranguren (EHNE Bizkaia) y Xabier Zabalza (Bizkaigane)

Fergal Anderson, de la organización irlandesa Talamh Beo, explicó cómo se unieron varias organizaciones que trabajaban en la justicia social, pero constataban la ausencia de organización campesina. Aunque en Irlanda hay un elevado número de campesinos, el país apostó por la industrialización y no por la soberanía alimentaria. Durante dos años debatieron sobre la necesidad de una organización que agrupara los intereses de campesinos y ganaderos, lo que finalmente dio origen en 2019 a la fundación de Talamh Beo ("Tierra Viva"), en la que la mitad de sus miembros son mujeres. Buscan ofrecer soluciones, implicar a jóvenes y crear sus propias actividades, y han conseguido crear un espacio político nuevo y que se incluya la agroecología en el debate de Irlanda.

Eline Muller, de Uniterre (Suiza), comentó que su organización se fundó en los años 50, cuando campesinos de Suiza quemaron un vagón que transportaba albaricoques de Italia. Uniterre trabaja en dos líneas principales: precios dignos para el campesinado, dado que en la actualidad la subsistencia del campesinado suizo está ligada a los subsidios; el acuerdo de intercambio de productos que limita aún más a los campesinos, ya que el nivel de vida suizo es mucho más elevado que sus países limítrofes y los productos que llegan de fuera son más competitivos. Es un país muy urbanizado, con una gran separación entre campo y ciudad, y sólo existen dos cadenas de supermercados locales que cubren el 80% del mercado. Cada día desaparecen en Suiza entre 2 y 5 fincas, y las que perviven son cada vez más grandes, provocando una reducción estructural del sector.

Eduard Hernández, de Toekomstboeren (Países Bajos), señaló que su país tiene la tierra la más cara del mundo, lo que obliga a que el acceso sea colectivo, es imposible alquilar o comprar individualmente. Es por esta razón que se creó esta organización, que forma parte de una red centrada primeramente en la producción agroecológica y que posteriormente incluyó nuevos perfiles (académicos/as, otros perfiles políticos, agricultura que no se define como agroecológica) para poder generar huertas sostenidas por la comunidad. Dan mucha importancia a la educación agroecológica. Están vinculados una escuela de formación, equivalente a la Formación Profesional, que permite la entrada a las tareas del campo de mucha gente joven, empezando como voluntarios hasta hacerse asalariados del proyecto. No existe el denominado modelo familiar, por lo que no se puede hablar de relevo generacional.

Finalmente, Xabier Zabalza, de Bizkaigane (Bizkaia), constató que los proyectos en Euskal Herria suelen ser colectivos, aunque partieran desde una unidad familiar. Al no existir comunidad en la zona, apostaron por generar un equipo potente a través del modelo cooperativo, huyendo de las estructuras jerárquicas. El tema de la maternidad obligó a repensar aspectos del modelo y se vio la necesidad de introducir jóvenes a Bizkaigane y de transformar el modelo de trabajo. La mayoría de jóvenes no vienen del mundo rural, pero se han ido formando para llegar al caserío.

3. Retos de la colectivización
Encuentro sobre ‘Análisis de nuevos modelos y experiencias organizativas agroecológicas’ (18-20 de septiembre)
Mesa de colectivización. De izquierda a derecha: Lorena Montel, de Arterra (Navarra); Verónica Sánchez, de Kikirikoop (Asturias), y Mar Garrote de Maskilu. A la derecha: Adelaida González (moderadora).

En el tercer bloque de la jornada tres proyectos colectivos hablaron sobre los retos y dificultades de la colectivización: Maskilu, Arterra y Kirikikoop. El objetivo de este apartado era el de responder a la pregunta: ¿cómo organizamos colectivamente en los proyectos dentro de una sociedad cada vez más basada en el individualismo?

Mar Garrote, de Maskilu (conservera colectiva de Zeberio), reconoció que en su proyecto es colectivo "porque solas es imposible". Es más fácil, indicó, "gestionar la parte colectiva en movimientos sociales y en curros que en el mundo agro, porque también tienes un ritmo que marca el ecosistema, tienes que sacar un beneficio, es un proyecto vital en el que la parte productiva y reproductiva están todo el rato juntas". Han tenido que establecer protocolos de trabajo "para que cada cual pueda ser autónoma sin impactar en el colectivo". Al principio, tenían reuniones semanales, pero ahora se han dotado de una estructura más sostenible: menos reuniones, pero una hoja de ruta más clara. Tienen dos personas liberadas para hacer las tareas y, cuando no se llega a sacar todo el trabajo, se recurre al auzolan para visibilizarlas. Se plantean, asimismo, la posibilidad de decrecer ("ganar menos, descansar diferente").

Veronica Sánchez habló en nombre de Kirikikoop (Asturias), una cooperativa agroecológica que posee obrador colectivo y de la que viven diez personas "de manera austera". Empezaron recuperando avellana asturiana, elaboran crema, tienen un cáterin con producto local y hacen eco-comedores a colegios. Sánchez ezplicó cómo abordan el conflicto entre capital y vida y la manera en que abordaron los cuidados de sus hijos/as: aplicaron bajas de maternidad y paternidad más largas que las establecidas por la ley; desarrollaron turnos para el cuidado de l@s niñ@s, cada día una persona de la cooperativa cuida les cuida como parte del trabajo de la cooperativa; introdujeron jornadas reducidas feminizadas.

Lorena Mompel representó a Arterra (Nafarroa), un proyecto colectivo para la transición ecosocial. Tras 10 años de funcionamiento, han formado una cooperativa que es la propietaria de la casa y del terreno. Su método de funcionamiento es la sociocracia (sistema de gobernanza que busca la autogestión basada en la igualdad), toman las decisiones por consentimiento. Han establecido un "círculo de vida en común", donde  los cuidados, la convivencia, se eligen sociocráticamente. Únicamente se toman las decisiones en los círculos; aunque conversan sobre sus vidas, personales y colectivas, quieren que "el poder viva en los círculos". Los liderazgos son colaborativos, elegidos y reconocidos por la organización.

4. Presentación del estudio
Encuentro sobre ‘Análisis de nuevos modelos y experiencias organizativas agroecológicas’ (18-20 de septiembre)- Nekazaritza agroekologikoan dauden antolaketa eredu berriei buruzko Topaketa (irailak 18-20)
Amets Ladislao y Leticia Urretabizkaia, en la presentación del estudio.

Leticia Urretabizkaia presentó el estudio que lleva por título «Análisis de nuevos modelos y experiencias organizativas agroecológicas», realizado por la propia Urretabizkaia y coordinado por EHNE Bizkaia.

Tras la presentación, hubo numerosas intervenciones que giraron en torno a la viabilidad de los proyectos colectivos en la agroecología. Hubo acuerdo en que el camino de los proyectos colectivos era complicado hace años porque en ocasiones se gestionaban "con las mismas reglas que nos marcaban los proyectos intensivos", pero con el tiempo se han ido creando nuevas reglas de funcionamiento.

Se dio gran importancia al estudio por la relevancia de los datos mostrados y por el lenguaje utilizado, lo que ayudará a incidir en las instituciones. Se valoró, asimismo,
este encuentro "por la importancia de ver y compartir proyectos para poder avanzar".

Se destacaron varios desafíos que tiene por delante el movimiento: interés en unir producción y consumo y lógicas de trueque vs. dinero; alianzas con otros movimientos sociales (ecologismo y defensa del territorio); relevo generacional; educación y formación agroecológica; necesidad de una estructura jurídica; la posibilidad de constituir empresas en el marco de la Economía Social y Solidaria.

Se lanzó incluso la propuesta de constituir una organización (estructura, movimiento...) que haga sentir a todos los integrantes de los colectivos "parte de una misma cosa" -por ejemplo, movimiento por la soberanía alimentaria-, y se planteó estructurarlo a través de encuentros periódicos a diferentes escalas de organización, funcionar como "nodos de una red".

Finalmente, los participantes en el encuentro abordaron lo que consideraron su "gran reto: ¿a quién queremos vender y qué precio es digno para la producción, pero también asequible para el consumo?". Una solución es la Seguridad Social Alimentaria, una idea sobre la que EHNE Bizkaia se comprometió a realizar un nuevo encuentro en los próximos meses para profundizar en sus posibles contenidos.

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