Mikel Larrañaga: «Mentiras sin parar en Zigoitia»

Zigoitia está en estado de shock. Pasadas las elecciones, de repente nos ponen sobre la mesa un macroproyecto de paneles fotovoltaicos con la intención de cubrir la inmensa extensión de las tierras campesinas. Ese proyecto ha salido ahora a la luz cuando esos políticos que nos pedían el voto ya han dado su visto bueno -con sigilo y pasando por encima de los ayuntamientos- y ¡vaya!, cuando sólo queda un tiempo justo para la presentación de alegaciones que nos permitan oponernos de alguna manera al proyecto. Y todos los principales medios callados hasta que han pasado las elecciones.

Paneles solares. Energía fotovoltaica

[berria]

Lo mismo están haciendo, más o menos, en diferentes lugares de Álava, y también en otras regiones, con la intención de llenar enormes espacios de paneles fotovoltaicos y enormes molinos eólicos. Todo ello bajo la máscara de que se trata de macroproyectos "ecológicos" que, al final, sólo servirán para llenar los bolsillos de Solaria y tener un impacto ambiental y social tremendo.

«Una de las claves para que las tecnologías renovables causen un mínimo daño ambiental y social es la escala, y uno de los aspectos positivos de estas tecnologías es que son perfectamente implantables a pequeña escala»

Y cuando la reacción de la gente empieza a cuajar, nos hemos encontrado con noticias como la que se emitió en ETB2; en el Teleberri del 16 de mayo África Baeta difundió la noticia con la siguiente frase: «En Araba continúan las protestas en defensa de la tierra agraria y en contra de las renovables ...». No sabemos si debemos situar esta frase en el terreno de la falacia o directamente en el de la pura mentira. Teniendo en cuenta que la acción del movimiento de reacción ha comenzado con lemas claros como "Renovables sí, pero no así"... que cada uno juzgue. En cualquier caso, la intención de manipular es evidente.

Lo que pasa es que sabemos que las cosas se pueden hacer de otra manera. Sobran tejados, no hay por qué destruir con macroestructuras los espacios agrícolas y naturales. De hecho, una de las claves para que las tecnologías renovables causen un mínimo daño ambiental y social es la escala, y uno de los aspectos positivos de estas tecnologías es que son perfectamente implantables a pequeña escala. En realidad, a pesar de que la fuente de energía es tan renovable como se desee, cualquier proyecto planteado a escala «macro» genera un severo impacto en el entorno, es decir, si la transición hacia las renovables supone una mejora real, es necesario un cambio de escala y de modelo de explotación. Pero claro, de hacerlo así, los beneficios que sacarían empresas como Solaria de este tipo de montajes tampoco serían tan jugosos...

«Si la transición hacia las renovables supone una mejora real, necesitamos un cambio de escala y de modelo de explotación. Pero claro, de hacerlo así, los beneficios que sacarían empresas como Solaria de este tipo de montajes tampoco serían tan jugosos...»

Dicen que no hay más ciego que el que no quiere ver. El desarrollo de este megaproyecto, avanzando silenciosamente por la vía administrativa hasta que las posibilidades de reacción de los ciudadanos son mínimas, y el que no ve que se ha hecho sin atraer la atención por parte de los principales políticos y medios, no lo ve porque no quiere. Ahora, ante la reacción, hay políticos que se hacen los ignorantes y se dan golpes en el pecho para granjearse simpatías y aliviar el enfado de la gente, haciéndoles ver que "hay quien se preocupa"... y al final han acabado diciendo "¡Hemos hecho lo que se podía hacer, pero no se ha podido, ¡pues qué le vamos a hacer!".

Es absolutamente inverosímil que los aspectos principales no hayan sido noticia hasta el final del desarrollo de estos macroproyectos. Lo han mantenido en silencio intencionadamente y han esperado a que pasaran las elecciones para liberar la bomba, una actuación que les hace cómplices de todo el montaje. Y me refiero a todos los máximos dirigentes políticos y medios de comunicación. Si cualquiera de entre éstos hubiera aflorado antes el tema y estimulado alguna migaja, el movimiento popular contra los proyectos de Solaria habría estado mucho más organizado y fuerte, más allá de los agricultores y ganaderos que ya llevan algún tiempo advirtiendo de lo que está pasando. Sin embargo, parecen haber hecho todo lo contrario, ayudando a que el proyecto prosperara hasta el final con la menor publicidad y oposición.

«Lo han mantenido intencionadamente en silencio y han esperado a que pasaran las elecciones para liberar la bomba, una actuación que les hace cómplices de todo el montaje. Y hablo de todos los máximos dirigentes políticos y medios de comunicación»

Y eso coloca a los políticos locales en una posición especial. Siendo tan evidente que vuestros principales jefes han sucumbido a los intereses de una empresa como Solaria... ¿qué van a hacer? ¿Les pedirán cuentas o bajarán los oídos y seguirán la disciplina interna? ¿Vais a defender a vuestros pueblos ante macroproyectos que destruyen su forma de vida? ¿O seréis los primeros en decir "hemos hecho lo que hemos podido, pero no hay nada que hacer..."? Yo tengo una cosa clara: es peor el amigo falso que el enemigo confeso.

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