Elise Dilet: «Energía ciudadana»

Hoy en día, apretar un interruptor es un gesto banal. La mayoría no sabe lo que hay detrás de la producción de energía, ya que toda producción de energía se ve afectada. Para poner fin a la fragilidad del modelo energético basado en combustibles fósiles y nucleares, es necesario desarrollar proyectos energéticos ciudadanos, acompañados de los conceptos de "Comunidades de Energías Renovables" y "Comunidades Ciudadanas de Energía" definidos por el propio Parlamento Europeo.
.

turbina

  • Elise Dilet es documentalista en el servicio de pedagogía Ikas y autora de varios libros.
[Enbata]

A principios del siglo XX, en Iparralde, algunos molineros instalaban turbinas en sus molinos para producir electricidad. En aquellos tiempos en que la electrificación de los territorios no estaba sino en sus inicios, esa energía que producían los molinos abastecía a las casas del barrio, a los comercios y hasta a los alojamientos. En Baigorri cuentan que uno de los molineros era bastante aficionado a los bertsos y a los tragos en la posada del barrio, y que después de la noche, su mujer, cansada de no ver volver a su marido, agitaba el interruptor principal, dejando a oscuras todo el vecindario y especialmente la posada. ¡Un sistema muy eficaz para que el dueño de la posada enviara al molinero inmediatamente a casa!

Modelos obsoletos

Una historia que demuestra que, en otro tiempo, esos vecinos que tenían acceso a la electricidad en casa sabían exactamente de dónde procedía. Hoy en día, la situación es muy distinta: apretar un interruptor es un gesto insignificante, cuya única consecuencia será una factura más o menos barata. Hemos recurrido a esa facilidad y a esa irresponsabilidad. La mayoría de nosotros no sabemos lo que hay en el detrás de la producción energética, como poco sabemos de cómo producimos nuestra alimentación o de cómo hacemos nuestras cosas cotidianas. Sin embargo, toda producción energética influye en el clima, la biodiversidad, la salud...

Por otro lado, las crisis recientes han demostrado la fragilidad de nuestros modelos energéticos, tanto de la energía basada en combustibles fósiles como de la nuclear: agotamiento y encarecimiento de los recursos, falta de independencia, riesgos muy elevados, en múltiples niveles. En cambio, las energías renovables, desarrolladas junto con potentes medidas de moderación, han demostrado ser más adecuadas. Algunas multinacionales están invirtiendo masivamente en megaproyectos con la esperanza de tener unos cuantiosos beneficios. Proyectos que, evidentemente, no apuestan por la mesura y parten sin tener en cuenta las necesidades del territorio.

Esto genera oposiciones masivas de vecinos que, en vez de rechazar la lógica capitalista subyacente, rechazan en bloque las energías renovables. Olvidan que, cuando se oponen a estos proyectos sin proponer alternativas, se apuesta por energías fósiles o nucleares.

Circuito corto de la energía del siglo XXI

La salida vendrá del desarrollo de proyectos energéticos ciudadanos: "Esta energía permite la participación directa de ciudadanos y colectividades en las decisiones a lo largo de todo el tiempo de explotación del proyecto y tiene como objetivo crear circuitos cortos entre productores y consumidores para tomar conciencia de la conexión entre las necesidades y las vías de producción".  Un grupo de vecinos (acompañados o no por una colectividad) evalúa sus necesidades y los recursos del territorio. Posteriormente, invierte en una unidad de generación de energía que, aunque vinculada a una red global, responderá a sus necesidades.

Este modelo presenta múltiples ventajas:

    • democracia y transparencia: los implicados toman decisiones colectivamente.
    • moderación y respeto al medio ambiente: los usuarios ven directamente los efectos de la producción y se relacionan con su consumo. Eso fomenta la moderación. Y servirá para para disminuir las inevitables influencias y, además, serán más aceptadas.
    • sociales: la riqueza que se genera queda en manos de la comunidad local y permite la solidaridad. Este modelo de generación de energía ciudadana no es un mero sueño de algunos idealistas. El Parlamento Europeo votó en 2019 un paquete legislativo denominado «Energía limpia para todos los europeos» para definir los conceptos de Comunidades de Energías Renovables y Comunidades de Ciudadanos de Energía.

Las comunidades energéticas se definen como "entidades jurídicas susceptibles de producir, consumir, almacenar y vender energía renovable, donde se fomenta la colaboración entre agentes locales. Se caracterizan por una ganancia limitada y una gobernanza democrática".

En estos tiempos de tensiones en el ecosistema energético de Ipar Euskal Herria, es bueno mantener la esencia de nuestras luchas en la cabeza: lograr la soberanía energética de Euskal Herria, y así satisfacer las necesidades energéticas básicas de sus vecinos, con un impacto controlado sobre el medio ambiente.

Leave a Reply

Your email address will not be published.Email address is required.