“Vamos pueblo, a volver al campo”, es una de las consignas del movimiento internacional campesino en su Octava Conferencia, espacio que reúne a delegados y delegadas de todo el mundo para pensar y coordinar acciones globales para el acceso a la tierra y el agua, la agroecología y las semillas. También se analizará el avance de los gobiernos de derecha.
La Vía Campesina (LVC) es un movimiento campesino global que reúne a 182 organizaciones de productores de alimentos en 81 países de África, Asia, Europa, Medio Oriente y las Américas. La soberanía alimentaria, los derechos campesinos, el acceso a la tierra y el agua; la agroecológica y los sistemas de semillas campesinas, la lucha contra el cambio climático, el feminismo y las diversidades son algunas de las banderas levantadas en sus 30 años de historia desde la primera Conferencia Internacional realizada en Mons (Bélgica). Las tres décadas se cumplirán celebrando la Octava Conferencia Internacional en Bogotá (Colombia), desde el 1 al 8 de diciembre.
“Tenemos una conferencia histórica por los 30 años que estamos cumpliendo de lucha, de resistencia. Creemos que vamos a tener desafíos más grandes que nos permitan también avanzar en aliados de diferentes sectores del movimiento social para la construcción de la soberanía alimentaria, para mirar cómo detenemos este cambio climático, que tiene entre sus causas el actual sistema agroalimentario y el desarrollismo industrial. Podemos, entre todos, construir un mundo mejor”, confía Nury Martínez, referente de Fensuagro, la organización campesina más antigua de Colombia con 52 sindicatos miembros y 23 asociaciones, representan a más de 80.000 familias.
Son más de 500 delegados campesinos los que se dan cita en Bogotá para definir, actualizar y perfeccionar las líneas estratégicas de acción para el movimiento campesino global en los próximos cuatro años. En la previa de la apertura de la conferencia internacional se realizaron, además, las asambleas de mujeres y jóvenes, la “Asamblea de Diversidades” y la asamblea “Hombres contra el Patriarcado”.
“Los 30 años representan un momento celebratorio y reflexivo, una nueva etapa de recambio generacional. La pandemia dejó en claro que las luchas de La Vía Campesina son parte de la solución a los dilemas que el capitalismo no resuelve sino que profundiza, mientras que la gobernanza global de los sistemas agroalimentarios, lejos de la realidad, mantiene como único criterio la discusión de las políticas en base a los precios y las ganancias de las corporaciones sin tener en cuenta las otras dimensiones sociales y ambientales”, reflexiona Diego Montón, del Movimiento Nacional Campesino-Indígena Somos Tierra (MNCI-ST), que es uno de los delegados en representación de Argentina.
[Información: Tierra Viva] [Imágenes: EHNE-Bizkaia]